¡Ven, y Ve!
Juan 1:29 Al día siguiente vio
a Jesús que venía hacia él, y dijo: He
ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Juan 1:35-37 Al día siguiente
Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos, y vio a Jesús que pasaba,
y dijo*: He ahí el Cordero de
Dios. Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús.
Juan 1:38-39 Jesús se volvió, y viendo que le seguían, les
dijo*: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí (que traducido quiere decir,
Maestro), ¿dónde te hospedas? Él les dijo*: Venid y veréis. Entonces fueron y vieron dónde se hospedaba;
y se quedaron con El aquel día, porque era como la hora décima.
Juan 1:45-46 Felipe encontró* a Natanael y le dijo*:
Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los
profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José. Y Natanael le dijo: ¿Puede algo
bueno salir de Nazaret? Felipe le dijo*: Ven,
y ve."
Juan 4:29 Venid,
ved a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será éste
el Cristo?
“¡Ven, y ve!” “¡Mira!”
parece ser una de las herramientas más eficaces en el evangelismo.
A veces podemos usar métodos
muy complicados al presentar el evangelio. Obviamente, la gente necesita
aprender de qué se trata el evangelio: lo que hizo Jesús por nosotros, quién es
Jesús, etc. Sin embargo, ¡la invitación inicial en el evangelismo puede, en
realidad, ser algo muy sencillo! ¡Una
invitación entusiasmada a encontrar a Cristo mismo! ¡Una invitación para que
una persona aprenda por si mismo quién es Jesús! Cualquier cristiano puede
hacer eso.
¿Ha sido usted tocado por Jesús?
¿Está usted asombrado por él? ¿Le salvo a usted? ¿Le perdonó? ¿Le liberó? Y
eso, ¿le excita a usted? Entonces, comunícalo a la gente. Comunica su
entusiasmo sobre Jesús, e invita a la gente a aprender por sí mismo sobre Jesús.
Será seguramente la herramienta de evangelismo más eficaz que usted podrá jamás
utilizar.
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